El gobierno chino admitió oficialmente que sus vacunas contra La Covid-19 tienen baja eficacia. Así, lo afirmó el director de los Centros de Control de Enfermedades, el virólogo Gao Fu, y “el gobierno está viendo la posibilidad de combinarlas”, añadió el alto funcionario de la agencia china de control de enfermedades.
A pesar de esta nueva revelación, el gobierno de transición ya no menciona sus tratos con el laboratorio Sinopharm para la adquisición de los 37 millones de vacunas restantes que frecuentemente proclamaron la premier Violeta Bermúdez y el encargado del gobierno Francisco Sagasti, y mucho menos, han salido a dar un mensaje a la opinión pública para dar una explicación, pedir perdón, o en última instancia, hacer un mea culpa por haber avalado incondicionalmente a dicho laboratorio.
El director de los Centros chinos de Control de Enfermedades, Gao Fu, en una conferencia el último sábado en la ciudad suroccidental de Chengdu admitió que: “Las fórmulas chinas no tienen tasas de protección muy altas”.
Beijing ha distribuido cientos de millones de dosis en otros países y ha tratado de fomentar las dudas en torno a la efectividad de las vacunas occidentales. Y también añadió que las autoridades están considerando distintas opciones, como la modificación de los intervalos de aplicación, e incluso nuevas tecnologías para buscar elevar la inmunización.
Gao Fu añadió: “Ahora se considera oficialmente, si deberíamos utilizar diferentes vacunas de distintas líneas técnicas para el proceso de inmunización”. Aunque, Beijing aún no ha aprobado ninguna vacuna extranjera para su uso en China.
Además de combinar las formulas, China también ha planteado otra opción, que consiste, en modificar los intervalos entre las inoculaciones, y añadir quizás una tercera dosis a su programa de vacunación, o en su defecto, modificar la tecnología que han usado últimamente, aunque según algunos expertos eso podría tardar mucho tiempo, o quizás años.
El domingo en una conferencia de prensa algunos funcionarios chinos no respondieron directamente a las preguntas que aludían los comentarios de Gao Fu; sin embargo, otro integrante del Centro de Control de Enfermedades Wang Huaqing, anunció que estaban trabajando en vacunas de ARN mensajero: “Las vacunas de ARN mensajero desarrolladas en nuestro país también han entrado en la fase de ensayos clínicos”, aunque tampoco mencionó sobre los plazos para sus distribuciones.
Asimismo, Gao Fu señaló que, hasta el 2 de abril, alrededor de 34 millones de personas recibieron las dos dosis de las vacunas chinas, mientras que unos 65 millones de personas se inocularon solo una dosis.
Las vacunas chinas fabricadas por dos farmacéuticas estatales, como Sinovac y Sinopharm, durante la pandemia, se exportaron a 22 países, como Argentina, Brasil, Chile, Perú, México, Turquía, Indonesia, Hungría, Brasil y Turquía, según el Ministerio de Exteriores de China.
Finalmente, los expertos sanitarios han manifestado que ven improbable que las vacunas chinas se vendan a Europa occidental, Estados Unidos, y Japón.
