El abuso de las petroleras Petroperú y Repsol no tiene límites. Ellas cerraron ventas anuales de combustibles con sobreprecios insustentables, que continúan golpeando las economías familiares de los consumidores nacionales.
En este sentido, la indiferencia del Poder Ejecutivo y el Congreso cada vez es más notoria. ¿Cuál es la respuesta del ministerio de Energía y Minas, de Osinergmin y de Indecopi, ante esta alza indiscriminada?
Como si viviera a espaldas de la realidad, el Minem acaba de emitir una norma dizque con el objetivo de lograr mayor transparencia, y facilitar las tareas de Osinergmin para obtener precios eficientes en el GLP
Ante este escenario desolador, el presidente del Organismo Peruano de Consumidores y Usuarios (OPECU), Héctor Plate Cánepa, aseveró: “El GLP peruano no refleja su precio real de origen, proveniente de los líquidos del gas natural de Camisea en Cusco, sino como derivado del petróleo, siendo así lesivo a las economías de los consumidores, familias peruanas y país, evidenciando un abuso grosero que debe acabar ya”.
“El GLP peruano nunca debió estar en el Fondo; solo venderse al precio real de origen. Por lo tanto, instamos a Pluspetrol y el Consorcio Camisea a sincerar el precio del gas licuado de petróleo sin dilación. Basta de perjudicar los intereses económicos de los consumidores”. Más de 80% de balones de gas que se vende en el país contiene GLP proveniente de los líquidos del gas natural de Camisea en Cusco; es decir es un recurso peruano 100 por ciento; o expresado de otro modo, el producto no contiene ni un gramo de GLP importado; así entonces, es un absurdo aplicarle la variación de precio internacional. Es ilegítimo. Basta de abusar”, recalcó Plate Cánepa.
Aquí las recientes alzas
Primero, el 10 de diciembre de 2020, Petroperú y Repsol subieron los precios del GLP en 2,6% que se tradujo en S/ 0,059 centavos por kilo; del diésel B5S50 en 2,9% o S/ 0,28 centavos por galón; y de la gasolina en 1,2% o S/ 0,11 centavos por galón. A la semana siguiente, el 17 de diciembre, los precios volvieron a incrementarse en 2,1% o S/ 0,047 centavos por kilo de GLP; en 1,8% o S/ 0,18 centavos por galón de diésel B5S50, y en 0,9% o S/ 0,09 centavos por galón de gasolina.
Lo mismo sucedió a la semana siguiente, unos días antes de la noche buena, volvieron a subir los precios del gas licuado en 2,5% por kilo, el diésel en 2,3% y la gasolina en 3,3% por galón. En aquellos días, el precio final del balón domestico se incrementó en S/ 0,59 soles.
Asimismo, a la siguiente semana el 31 de diciembre, las petroleras volvieron a subir los precios del GLP en 4,4% por kilo; el diésel en 1,8% por galón; y gasolinas en 2,4% por galón. En aquella fecha, el alza impactó en el precio del balón de gas de 10 kilos, en S/ 1,00 sol adicional. Y sucesivamente, el 07 de enero de 2021 volvieron a subir los precios en 6,1% por kilo de gas licuado. Esa semana el alza impactó en el precio del balón de gas de 10 kilos en un incremento de S/ 1,50 soles; asimismo, se dio el incremento en 1,1% por galón en diésel B5S50; y en 1,9% por galón de gasolina.
Al parecer, Petroperú y Repsol ya instauraron una política de alza de precios semanales, porque el jueves 14 de enero subieron los precios del GLP en 2,2% por kilo, del diésel B5S50 en 0,07% por galón; y de gasolina en 3,1% por galón.
Todo empezó en el gobierno de Martín Vizcarra
Sucede que el 20 de abril de 2020, en plena pandemia, el presidente Martín Vizcarra, y sus ministras de Economía María Antonieta Alva y de Energía y Minas Susana Vilca, firmaron el Decreto Supremo Nº 007-2020-EM, que aprobó la exclusión del gas licuado de petróleo GLP y el diésel de la lista de productos que están afectos al Fondo de Estabilización de Precios de Combustible (FEPC) con el propósito —según ellos— de facilitar el traslado de la caída de los precios internacionales de estos combustibles en beneficio de los consumidores peruanos. El argumento de aquel decreto señala que con esta medida se contribuirá a mejorar las condiciones para el desarrollo de las actividades de comercialización del GLP y el diésel, porque ello ayudará a reducir la informalidad en su comercialización y en sus precios.
En realidad, aquellos objetivos del gobierno fueron premonitorios; porque, hoy vemos que efectivamente, se han mejorado las actividades comerciales del gas licuado, pero no en beneficio de la población que se ha visto afectada con estas alzas.
El doble discurso del ministerio de Energía y Minas
Como si viviera a espaldas de la realidad y sin dar mayores explicaciones, el 12 de enero, el Ministerio de Energía y Minas (Minem) emitió una norma dizque para mejorar el procedimiento de cálculo para los precios del GLP; basada en la Resolución Directoral Nº 244-2020-Minem/DGH; así como la actualización de los lineamientos para la determinación de los precios de referencia de los combustibles derivados del petróleo, lo que incluye al Gas Licuado de Petróleo (GLP), energético básico para las cocinas utilizadas en millones de hogares, en el transporte y otras actividades. Dice esta resolución, que el objetivo consiste en lograr mayor transparencia, facilitar las tareas del regulador Osinergmin y mejorar el procedimiento de cálculo para obtener precios eficientes ante las variaciones registradas en el comercio de hidrocarburos, a fin de mantener cifras que reflejen los costos reales en los que incurren los importadores.
Según esta resolución, Osinergmin implementará el procedimiento y establecerá la metodología de cálculo de los precios de referencia, en concordancia con los lineamientos establecidos por el Ministerio de Energía y Minas.
Como podemos ver, esta norma parece haber sido redactada por los científicos sociales oenegeros que viven en otro “mundo”, menos en el nuestro y luego de leer sus objetivos metodológicos: nos convencemos una vez más que: “El papel aguanta todo”.