Resulta confuso que te encuentres con una persona y que de un día para otro cambie repentinamente su forma de pensar o la versión de algo que dijo, pero que ahora dice que eso lo dijo su ‘yo’ del pasado. Que un presidente de un país diga en señal internacional que sus ideas de candidato no se condicen con las de un mandatario, responsable de millones de personas, es como si estuviéramos delante de un adolescente: errático y poco confiable.
Hasta este momento nadie logra entender al presidente Pedro Castillo, quien ayer manifestó no sentirse identificado ni con la izquierda ni con la derecha; mucho menos tener la valentía de llamar por su nombre lo que viene sucediendo con Venezuela, Cuba o Nicaragua. Demasiado ambiguo, demasiado tibio en sus declaraciones, blando o simplemente ingenuo de lo que pasa en esos países.
Ya durante la primera parte de la entrevista ofrecida al conductor de CNN en Español, Fernando del Rincón, el presidente Castillo juró y rejuró que no conocía a la lobista Karelim López, quien le organizó una fiesta infantil a una de sus hijas. Es como confiarle a un extraño que cuide a tus hijos menores de edad. ¿Será eso factible?
En un momento de la entrevista, el mandatario reconoció que tiempo atrás, durante un evento en Bolivia, se manifestó a favor de otorgar acceso al mar a Bolivia.
“En un evento, ni siquiera se me pasó por la cabeza ser candidato. Pero ese es un clamor de Bolivia. Sí, lo dije”, respondió Castillo Terrenos al entrevistador.
“No lo dije como presidente. Es una idea. Pero ahora le consultaremos al pueblo. Para eso se necesita que el pueblo se manifieste. Si el Perú está de acuerdo… jamás haría que cosas que el pueblo no quiera”, aclaró el mandatario.
Además, el jefe de Estado destacó que se realizará lo que “los pueblos claman”. Agregó que se debe “vivir” las fronteras para conocer las “grandes necesidades”.
“Ese es su derecho [acceso al mar]. Haremos lo que los pueblos claman. Lo que los pueblos necesitan, lo que los pueblos quieren. El problema es que históricamente hemos estado metidos en el tema de frontera”, sostuvo.
“Si usted es boliviano, peruano o mexicano no tenemos nada que ver, pero acá hay un límite. Si ambos somos de carne y hueso y tenemos las mismas necesidades”, añadió.
Es ese mismo mar que en la actualidad se viene contaminando por el derrame de petróleo es el que nuestro mandatario no defiende con la firmeza y dureza que se le exige; por el contrario, solo escuchamos titubeos y excusas de nuestra máxima autoridad, que hasta el momento sigue aprendiendo a ser presidente.