Las razones claramente obedecen a la caída de los ingresos nacionales, a causa de una casi nula actividad económica, así como al incremento en el gasto debido a las medidas preventivas del Covid y de la reactivación económica. Sin embargo, la mejor forma de superar aquel déficit, sería recurriendo a los ahorros acumulados durante los años prósperos que tuvo nuestra economía; sin embargo, el presidente Sagasti solo ha contemplado como alternativa para superar el déficit fiscal, la vía del endeudamiento público, basándose en un supuesto nivel de endeudamiento que Perú tiene en la región, (que según Sagasti, está en alrededor del 28%).
No obstante, eso no se condice con el Decreto Legislativo Nº 1457 que promulgó Martín Vizcarra al inicio de la emergencia sanitaria, que suspende temporalmente la deuda pública a un máximo del 30% del PBI, si tomamos en cuenta que el propio ministro de economía Waldo Mendoza ha afirmado que la deuda pública se ha incrementado a 35.5% del PBI en este año. En este sentido, la anterior cifra que mencionó el presidente Sagasti no es cierta; sin embargo, él ha decidió endeudarnos por más de cien años, sin dar antes una explicación razonable de su decisión.
Esto es un hecho sin precedentes en la historia peruana; entonces, nos viene en mente una pregunta: ¿Todos esos miles de millones serán destinados para la inversión de gasto público, o para gastos corrientes? Parece que Francisco Sagasti ya había planeado con anticipación esta audaz medida, porque, incluso unos días atrás dio declaraciones a Reuters explicando que eventualmente colocaría bonos para financiar los gastos de 2021. Entonces, nos volvemos a preguntar: ¿En qué se destinarán los 30 mil millones durante lo que le queda de gestión a Francisco Sagasti? ¿Para qué quiere más dinero si él en ocho meses dejará el gobierno?
Aquel millonario endeudamiento se muestra preocupante para el país, porque si el presidente aún no tiene claro en qué destinará esos fondos; entonces, tendría que dar una explicación pública para despejar las dudas de todos los peruanos, sobre todo, si el MEF aún no realiza un diagnostico exhaustivo sobre la situación de la caja fiscal.
El presidente Francisco Sagasti, a pesar que solo tiene ocho meses para administrar el país, ha tomado una decisión drástica, pese a que nuestras reservas internacionales en las últimas décadas fácilmente pasan los 80 mil millones; razón suficiente para poder emitir bonos soberanos y así poder lograr la liquidez que necesitamos; sin embargo, de buenas a primeras, el jefe de Estado transitorio no da explicaciones ni al Parlamento, ni a la población, de, cómo ha encontrado las arcas nacionales, y por ende ¿Por qué se recurre a esta medida de endeudar al Perú?
Es exigible que la presidenta del Consejo de Ministros, Violeta Bermúdez el día que acuda a pedir el voto de confianza al Parlamento, asista con un informe cuantitativo y cualitativo que detalle las razones técnicas y razonables que llevaron a Francisco Sagasti endeudar al Perú por un periodo de más de cien años.
Palabras del presidente Francisco Sagasti sobre este tema:
“Felizmente debido a años de prudencia económica, que continuaremos sin ningún resquebrajamiento y que mantendremos, nuestro país tiene la capacidad de endeudarse a tasas de interés relativamente razonables”.
“Cuando uno tiene espacio para endeudarse y estás en crisis eso es lo que tienes que hacer”.
“Son dos cosas que hay que financiar”. “Parte va ser para financiar el servicio de la deuda existente y parte va ser para financiar el déficit fiscal altísimo”.
Asimismo, este fin de semana, el presidente Francisco Sagasti, la premier Bermúdez y el ministro de Economía Waldo Mendoza firmaron el Decreto Supremo Nº 368-2020-EF, que aprueba otra operación de endeudamiento externo con el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento, BIRF (perteneciente al grupo del Banco Mundial. No olvidar que Francisco Sagasti fue jefe de la división de planeamiento estratégico de este banco) hasta por la suma de 50 millones de dólares, contrato que será suscrito por el director general de la Dirección General del Tesoro Público del MEF, José Olivares Canchari, con cargo a los recursos presupuestarios asignados al pago del servicio de la deuda pública.