José Jerí recibe la Orden Militar de Ayacucho: ¿qué méritos justifican la más alta distinción castrense?
El mandatario interino fue condecorado como jefe supremo de las Fuerzas Armadas y la PNP con la Orden Militar de Ayacucho en el grado de Gran Cruz, una distinción reservada para quienes prestan servicios excepcionales a la defensa nacional. Sin embargo, su reciente llegada al poder plantea la pregunta: ¿cuál fue el mérito real detrás del reconocimiento?
El presidente interino José Jerí Oré fue reconocido este domingo como Jefe Supremo de las Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional del Perú durante una ceremonia oficial en el Cuartel General del Ejército, en San Borja. El acto, cargado de simbolismo institucional, reafirmó la subordinación de las fuerzas del orden al poder civil y consolidó la imagen de respaldo castrense hacia el nuevo mandatario.
Durante el evento, Jerí Oré recibió la Orden Militar de Ayacucho en el grado de Gran Cruz, la más alta condecoración militar que se otorga a quienes —según la norma— “han prestado actos o servicios excepcionales a la defensa nacional”. Se trata de un reconocimiento que, históricamente, ha sido reservado para altos mandos militares, expresidentes o personalidades con trayectoria comprobada en materia de seguridad y defensa.
En su discurso, el mandatario destacó que la seguridad ciudadana será el eje de su gestión y prometió enfrentar con decisión a la delincuencia.
“El Estado jamás será un espectador. Hemos pasado ahora de la defensiva a la ofensiva. No habrá espacio para la indiferencia ni para la impunidad”, expresó.
La ceremonia, encabezada por el general de brigada César Alfredo Andaluz Salaverry, incluyó el saludo a la bandera de guerra y el pase de revista a unidades históricas del Ejército, como la Legión Peruana de la Guardia y el Batallón de Infantería N.º 1. Acompañaron al presidente el ministro de Defensa, Francisco Díaz, el ministro del Interior, Vicente Tiburcio, y los comandantes generales de las Fuerzas Armadas y la PNP.
No obstante, la distinción otorgada a Jerí ha generado preguntas en diversos sectores políticos y de opinión pública sobre los criterios que justifican su entrega, considerando que el mandatario lleva pocas semanas en el cargo y no ha demostrado aún acciones concretas que representen “servicios excepcionales” a la defensa nacional.
El reconocimiento, más allá de su carácter protocolar, envía un mensaje político claro: la búsqueda de unidad institucional y respaldo militar en un contexto de inseguridad y cuestionamientos sobre la legitimidad del Gobierno interino.
