No, no estaba persiguiendo molinos de viento. El ex mandatario Francisco Sagasti salió de su ostracismo tras ocho meses de haber dejado la banda presidencial y ha abierto de par en par una nueva ventana para todos aquellos que desean que tanto el presidente Pedro Castillo como el Congreso de la República dejen de una vez por todas las rencillas que no permiten al Perú avanzar. Para ello, sostiene Sagasti Hochhausler, solamente se requeriría de 75 mil firmas.
En caso de llegar al extremo, Sagasti argumenta que la ciudadanía, de acuerdo a la Ley 26300, puede organizarse “para presentar un proyecto de ley de reforma constitucional que acorte los períodos presidencial y congresal”. Para esto solo se necesitaría “la adhesión del 0.3% de la población electoral, unos 75,900 ciudadanos”. Estas firmas deben acompañar el texto de iniciativas de reforma. Y “de acuerdo con los artículos 32 y 206 de la Constitución, esta iniciativa se concretaría mediante la aprobación por la mayoría absoluta de 66 congresistas y un referéndum de ratificación”.
“Las autoridades se deben a la ciudadanía y lo que podemos hacer, en este caso, todos los ciudadanos, es ejercer el derecho que tiene la ciudadanía para plantear modificaciones constitucionales. Para eso hay una ley de participación y control ciudadano”, añadió.
Para el ex presidente Sagasti, esta sería una solución viable a esta crisis constante que involucra a dos poderes del Estado. Si no cambian la actitud ni esta conminación de confrontación, si no cambia esto, la ciudadanía puede pedir una modificación constitucional para recortar el periodo presidencial y congresal”, insistió.
Como se sabe, una propuesta así deberá pasar por el debate del Parlamento y, en primer lugar, por la Comisión de Constitución, que justamente preside el fujimorismo. Es decir, el camino no será fácil, tomando en cuenta que la mayoría de los congresistas se opone a dejar sus cargos.
Sagasti sugiere que esta iniciativa ciudadana debe ir acompañada de otras modificaciones que impliquen que se realizan cambios teniendo como base una reforma.
“Lo primero es ponerse de acuerdo para cuáles serían esos mínimos cambios que se deberían hacer en la Constitución”, puntualizó.
