El rincón del box. Eso parecía el debate que más parecía pelea de vecinos en un callejón. Carente de propuestas y mensajes de conciliación los cinco candidatos con mayor intención ocuparon más su tiempo en lanzarse acusaciones y golpes bajos, a ofrecer alternativas o explicar a la teleaudiencia su plan de gobierno. Cabe recordar que el candidato de Renovación Popular, Rafael López Aliga, desistió de participar pues había indicado que ya tenía con anterioridad una entrevista pactada con un canal de señal abierta.
Aquí, una breve reseña del desempeño de cada uno de los candidatos:
Yonhy Lescano: Según las últimas encuestas va liderando las votaciones, sin embargo sus apariciones han sido contadas en los medios de comunicación. Su campaña se ha dirigido más en el sur del país donde tiene un importante bolso de votantes. Durante el debate no supo explicar bien en qué consistía su plan de gobierno o si realmente lo tiene completo; gastando tiempo innecesario en responder las acusaciones por acoso a una periodista.
Keiko Fujimori: La candidata de Fuerza Popular es la que más antivotos presenta de acuerdo a las encuestas, y es que los “pasivos” que lleva a sus espaldas no le permiten seguir subiendo en las encuestas. En el debate se mostró a sus potenciales votantes como la candidata conciliadora; su discurso se empeñó en repetir que tendrán “mano dura” contra el terrorismo y la delincuencia, sin embargo no supo explicar el origen del financiamiento de la campaña anterior, mucho menos los actos de corrupción dentro de su partido.
Verónika Mendoza: La lideresa de Juntos Por el Perú comenzó su discurso en quechua, pues sabe que su foco de votantes se encuentra en el interior de país. Sin la típica trenza y con un look más suavizado la cuzqueña centró su mensaje en el cambio de la Constitución y ofrecer subsidios y bonos a todos los peruanos, sin dejar en claro de dónde iba a proceder todo ese dinero. Se reafirmó en tomar temporalmente las plantas de oxígeno medicinal se llegar a Gobierno. Su mayor déficit es que no puede quitarse esa relación que tiene el electorado con el Chavismo.
George Forsyth: Su mensaje en repetidas ocasiones fue que combatirá la “mismocracia”, refiriéndose con los partidos tradicionales que, para él, no han aportado nada en los últimos 30 años; sin embargo revisando su plancha presidencial se encuentran ex fujimoristas, ex apristas, y ex Toledistas como Carlos Bruce. El candidato por Victoria Nacional estuvo durante meses primero en las encuestas pero últimamente ha visto que su potencial designación como presidente se va escapando de sus manos. Se presentó como el candidato de “centro”, indicando que repetirá lo que hizo durante su gestión en La Victoria.
Daniel Urresti: El capitán “Arturo” no puede con su genio. Irascible y burlón durante todo el debate; al parecer hace caso oídos sordos de sus asesores pues el mensaje que brinda es de un “matón” que cree tener la razón por alzar más la voz. A pesar de ello, muchas personas confían en él ya que su discurso se centra en la seguridad ciudadana y la lucha contra la corrupción. Interrumpiendo en más de una ocasión a los demás participantes, el candidato por Podemos Perú hizo alarde de su experiencia en su época de militar, afirmando que como él nadie más conoce el interior del país. Ante él existe una acusación por la presunta muerte del periodista Hugo Bustíos en 1988.
Ninguno de los candidatos logró convencer durante sus exposiciones. La altura y ponderación en los debates brilló por su ausencia y punto aparte fue la participación de Mávila Huertas, quien se encuentra envuelta en una acusación por haber visitado de manera subrepticia a Martín Vizcarra durante su mandato. Eso quitó transparencia al debate del domingo.