La física alemana, Ángela Merkel asumió desde el 22 de noviembre de 2005 el cargo de Canciller Federal de Alemania; sin embargo, su era de líder política llega a su fin.
El próximo domingo 26 de septiembre, Alemania tendrá elecciones federales parlamentarias y las encuestas muestran una reñida lucha por la sucesión de Merkel. En esa línea, los socialdemócratas aventajan a los democratacristianos de Merkel, quienes se vieron afectados por el manejo de las recientes inundaciones.
Conocida también como la “líder del mundo libre”, Merkel, saldrá de la política después de 16 años en el poder, y se prevé un “impacto” no solo en Alemania, sino, en toda Europa.
Como es habitual, sus seguidores y partidarios aseguran que ella ejerció un liderazgo contundente y pragmático en medio de innumerables crisis globales, mediante una figura moderada y unificadora; mientras que sus críticos y opositores sostienen que la canciller siempre tuvo un liderazgo confuso, que no contaba con una visión preventiva que prepare a Europa y su principal economía para las próximas décadas.
Sin embargo, Merkel abolió el servicio militar, y puso al país bávaro de cara al futuro sin combustibles nucleares y fósiles, legalizó el matrimonio entre personas del mismo sexo.
“Hay más de una clave para el éxito de Merkel. Primero, es su personalidad, su estilo de gobernar que está lejos del machismo normal de los políticos masculinos. A los votantes alemanes les gusta si intenta persuadirlos con argumentos, y eso es exactamente lo que hace Merkel. En segundo lugar, se ganó una muy alta reputación como líder a nivel internacional, tanto dentro de la Comunidad Europea como en las negociaciones con otros gobiernos, lo que a su vez aumentó su popularidad interior. En tercer lugar, su Cancillería se puede caracterizar como presidencial, es decir, en cierto modo, defendió la política de partidos”, afirmó a La Tercera, Jürgen W. Falter, politólogo de la Academia de Ciencias y Literatura de Mainz.
Asimismo, Falter, consideró que el próximo canciller tendrá varios desafíos qué enfrentar. “Tiene que inducir medidas que penetren profundamente en la vida cotidiana de los ciudadanos sin poner en peligro el empleo, las exportaciones, etc. Además, Alemania necesita reformas en muchos sectores diferentes, como la digitalización, el sistema de pensiones. Tiene que hacer frente a la tendencia de nuestro principal aliado, Estados Unidos, a volver cada vez más la espalda a los europeos. Esto significa un aumento del gasto en el Ejército y, al mismo tiempo, formar una alianza de defensa integrada basada en nuestros aliados europeos”, concluyó.