Transportistas se rebelan ante tregua con el Gobierno: “Salimos porque nos están matando”

La tensión entre los gremios de transporte y el Gobierno no cesa. Aunque el paro nacional previsto para el martes 7 de octubre fue suspendido tras una serie de reuniones con la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM), numerosos transportistas han decidido mantener las protestas, rechazando lo que consideran una “tregua sin garantías”.
El descontento se debe, principalmente, al incremento de la violencia y las extorsiones que golpean al sector. Según reportes policiales y gremiales, los ataques de bandas criminales han dejado decenas de víctimas en los últimos meses, entre ellas conductores, cobradores y empresarios del transporte.
“Nosotros no hemos salido a jugar, hemos salido a protestar porque nos están matando todos los días”, declaró Miguel Ángel Palomino, presidente de la Confederación Nacional de Transportistas del Perú. Visiblemente indignado, añadió que los acuerdos con el Ejecutivo son insuficientes: “No podemos permitir que se nos diga que recién la próxima semana habrá una Mesa de Alto Nivel. Mañana enterramos a un compañero”.
El dirigente también responsabilizó al Gobierno, al Congreso y a las empresas que firmaron la tregua, advirtiendo que, si continúan los ataques, recaerá sobre ellos la responsabilidad política y moral de no haber actuado con celeridad.
En San Juan de Lurigancho, uno de los distritos más afectados por la inseguridad, varias empresas de transporte se desmarcaron del acuerdo alcanzado con el Ejecutivo. Desde la madrugada, se registraron bloqueos en la avenida Próceres de la Independencia, a la altura de la estación Caja de Agua del Metro de Lima, donde decenas de unidades paralizaron sus recorridos en señal de protesta.
Ante esta situación, la Autoridad de Transporte Urbano (ATU) dispuso desvíos temporales en las rutas del corredor Morado, que ahora circulan por las avenidas Pirámide del Sol y Evitamiento rumbo al Centro de Lima.
El Congreso de la República ha convocado a una sesión de emergencia encabezada por su titular, José Jerí, programada para las 9:30 a. m., con el fin de escuchar las demandas del gremio y evaluar medidas conjuntas con el Ejecutivo. Sin embargo, los transportistas exigen resultados inmediatos, no promesas.
“Queremos garantías reales, no papeles ni reuniones. Cada día muere un chofer, y nadie hace nada”, expresó un manifestante durante los bloqueos en Lima Este.
Mientras tanto, el paro —aunque parcialmente suspendido— se ha transformado en una expresión de desesperación ante un sistema que, según los trabajadores, los ha dejado a merced del crimen organizado. La tregua, más que un respiro, parece haber encendido aún más la desconfianza.