Impacto y consecuencias del terremoto de 6.9 en Filipinas

El sismo de magnitud 6.9 golpeó con fuerza la provincia de Cebú, derrumbando edificios, provocando deslizamientos y obligando a miles de familias a abandonar sus hogares en busca de refugio.

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Un devastador terremoto de 6.9 grados sacudió la región central de Filipinas la noche del martes, dejando al menos 69 fallecidos y más de 140 heridos. El epicentro se registró cerca de Bogo City, en la provincia de Cebú, a una profundidad superficial que aumentó la violencia del impacto.

El movimiento telúrico se sintió con especial intensidad en ciudades como San Remigio, donde viviendas, iglesias y centros de comercio colapsaron. Los cortes de electricidad y agua potable complicaron aún más la situación de la población, mientras que en zonas rurales se registraron deslizamientos de tierra que arrasaron con carreteras y comunidades enteras.

Los impactos inmediatos fueron severos: colapso de viviendas y edificios históricos, daños en carreteras y puentes que interrumpieron el transporte, y cortes masivos de electricidad y agua potable. En zonas rurales, los efectos secundarios incluyeron deslizamientos de tierra que sepultaron comunidades enteras y dejaron incomunicadas varias localidades.

El terremoto también obligó a la evacuación de más de 30 mil personas, quienes pasaron la noche en refugios improvisados. Hospitales resultaron sobrecargados por la llegada de heridos, mientras que cientos de escuelas quedaron destruidas o inhabilitadas. La economía local también sufrió un golpe: mercados, centros de comercio y zonas turísticas registraron pérdidas millonarias.

Las autoridades locales declararon el estado de calamidad en varias jurisdicciones para facilitar el envío de ayuda humanitaria. Hospitales colapsados, refugios improvisados y brigadas de rescate trabajando contra el tiempo marcan el panorama en las áreas más golpeadas.

El presidente Ferdinand Marcos Jr. aseguró que el Gobierno moviliza todos los recursos disponibles para atender la emergencia, mientras que los equipos de rescate continúan buscando sobrevivientes entre los escombros. Aunque la alerta inicial de tsunami fue descartada, el temor a réplicas mantiene en vilo a miles de familias.

¿Será este el inicio de una reconstrucción difícil para Filipinas o un nuevo recordatorio de su vulnerabilidad ante la fuerza de la naturaleza?

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